lunes, 29 de septiembre de 2014

Noche lluviosa (haiku)

Agua cayendo al suelo,
aves volviendo
prestas hacia sus nidos.

Gotas golpean los vidrios,
recuerdos vuelven
a la mente del poeta.

Un fantasma aparece,
lágrimas caen
como gotas de lluvia.

Recuerdos de una mañana (haiku)

Golondrinas cantando
en la mañana,
café hirviendo en una taza.

Un gato en la cornisa,
olor canela
de la taza de café.

Cielo violeta y azul,
calles vacías.
Perros ladran a lo lejos

martes, 16 de septiembre de 2014

Crónicas de un corazón roto (haiku)

Corazón desgarrado,
una lágrima
cae durante la noche.

Flores de jacaranda
caen al suelo.
El viento sopla helado.

El alma quebrantada,
agua tibia
por las mejillas cae.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Corazón vivaracho

Pequeño corazón mío, ¿por qué te agitas tanto?
Golpeas desesperado mi pecho, con singular vigor.
Temo que alguien te escuche y delates mi emoción,
temo que escapes y en mi pecho pongo las manos.


Todavía me sorprende lo vivaz que te pones
cuando veo a ese joven caminando despreocupado,
solo verlo te agita, corazón desesperado,
sentir su piel quisiera para despertar mis pasiones.

Corazón rebelde e inquieto de una poeta enamorada,
sentimientos a flor de piel, intensos e indiscretos,
una sonrisa delatora y una dulce mirada.

Corazón vivaracho, oculta tus sentimientos,
mi herido y suicida corazón, ya te han herido con espada,
no aguantarás otra estocada, ya habrá otros momentos.

martes, 2 de septiembre de 2014

El gato negro

Ven y reposa sobre mi regazo,
hermoso y astuto felino de obsidiana.
Déjame admirar tu belleza de cerca,
déjame acariciar tu suave cuerpo azabache
y déjame mirar tus ojos de esmeralda.
                                                     
Ronronea mientras acicalo tu cuerpo flexible,
déjame recorrer tu columna morena con los dedos
y déjame escuchar tu ronroneo plácido
mientras yo me relajo pensando en mi amado.
 
¡Ah, hermoso felino bruno,
cuánto me recuerdas a mi amado!
Esos enormes ojos de esmeralda
tan profundos y arrogantes,
tan fríos y hermosos,
me recuerdan a ese varón al que tanto amo,
tu ronroneo se asemeja tanto
a su manera tan ecuánime y lenta de hablar.

Mírame a los ojos, minino tostado,
quiero evocar su mirada morena
en tu mirada aceituna,
proyectar sus ojos cafés
en tus ojos verdes.

Quiero imaginar que en vez de mirarte a ti,
estoy viendo a ese hombre
que me hechizó con su mirada,
quiero imaginar que tus altaneros ojos,
son los de él… después de todo,
la arrogancia de sus ojos,
es la misma que la de los tuyos.