Hoy se cierra una etapa de mi
desarrollo, hoy cumplo mi mayoría de edad… El número 18, tan temido por unos y
tan ansiado por otros tantos y sin embargo, tan indiferente para mí… ¡qué día!
En la mayoría de las palabras que me dedican y los buenos deseos, hay una frase
que me resulta divertida y digna de análisis: “ya eres legal”… Para muchos, el
número 18 significa hacer todas aquellas cosas que ya hacían a los 15, solo que
ahora, ya lo pueden hacer con plástico de identificación en mano y pueden
presumir de sus farras, de sus borracheras y demás hazañas… para muchos, el
número 18 significa poder hacer gala de sus vicios y justificarlo con un “ya
soy mayor de edad”, “ya soy adulto”, “ya soy legal”, no significa absolutamente
nada, puesto que desperdiciaron su juventud, se volvieron adultos muy jóvenes y
eran infractores de la ley, bebiendo y fumando a los 15 o más jóvenes incluso,
a veces hasta consumiendo drogas y demás… para ellos no significa nada el
número 18.
Para
mí, tan insignificante número no significa nada realmente, sí, es el final de
una etapa en mi desarrollo, el comienzo de la adultez, ya no puedo ser llamada
adolescente, ahora soy un “adulto joven”, ya tengo responsabilidades, ya puedo
consumir alcohol legalmente y hacer muchas cosas que como menor de edad, no
podía hacer… sin embargo no me emociona, no me provoca sentimiento alguno el
número 18 porque yo he disfrutado de una niñez sana y feliz al lado de mi
madre, que, severa, siempre con el reproche en los labios, supo guiarme por un
camino recto, ser una mujer íntegra, que sabe respetarse a sí misma, a pesar de
su duro carácter, siempre me demostró y me sigue demostrando que me ama y que
es la única que siempre me va a amar pese a todos los errores que cometa, es mi
modelo a seguir, mi ídolo y mi mundo, ella fue quien me inculcó el gusto por
las artes, la lectura, la poesía, me enseñó a imaginar, me enseñó a volar y
recuerdo cómo me leía El Principito
cada noche antes de dormir y me hacía preguntas de la lectura para que
imaginara y es por ella que ahora me dedico a escribir, a leer y es a ella a
quien le debo mi pasión a las letras. En el otro lado de la balanza, está mi
papá, con quién pasé la mayor parte de mi tiempo durante mi niñez, mi padre
quien, a pesar de estar estudiando o haciendo cosas importantes, siempre tuvo
tiempo para jugar conmigo, para hacerme reír e incluso, recuerdo cuando me leyó
el libro de Tom Sawyer, cada noche me
leía un capítulo y nos divertíamos con las hazañas de los personajes. Con él
pasaba largas horas en el suelo dibujando carreteras con gises y luego paseando
pequeños carros de juguete por ellas, fue él quien me enseñó a jugar a las
canicas y con quien, a la fecha, sigo aprendiendo a no perder la capacidad de
asombro, gracias a él desarrollé mi capacidad para ser sensible a mi entorno y
me ha enseñado que no siempre las lágrimas son malas…
Mis papás son un pilar
importante en mi vida, sin tabús, siempre con la verdad en la boca, dispuestos
a responderme cualquier cosa, gracias a ellos es que no me he visto en la
necesidad de refugiarme en el alcohol o el cigarro, tengo una familia que me
ama y que da todo por mí, siempre preocupados y atentos a mis problemas,
siempre dispuestos a pasar tiempo conmigo, salir al cine, a comer o simplemente
a caminar por ahí.
Parece que fue ayer
cuando, en aquel restaurante, aún me daban la carta infantil y pedía aquellos
platillos tan extravagantes. Parece que fue ayer cuando aún podía ser yo misma
sin temor a lo que dijeran los demás. Parece que fue ayer cuando dejé de pagar
el boleto de “niño” en el cine… Parece que fue ayer cuando dejé de creer en los
Reyes Magos… parece que fue ayer cuando dejé mi niñez atrás y entré a la
adolescencia… parece que fue ayer cuando apenas entraba a la preparatoria y
ahora estoy estudiando una carrera universitaria.
He dejado atrás mi
adolescencia, la etapa más difícil de mi vida ha quedado atrás y viene una
etapa llena de retos y metas por cumplir. En el camino de mi vida, ha habido
muchas personas que han dejado una marca imborrable en mi corazón, unos se han
quedado, otros han partido, pero todos han sido importantes en mi vida y mi
desarrollo personal, ya sea para bien o para mal… Muchas gracias a todos los
que recorrieron este camino conmigo, llega el momento de comenzar a buscar la
independencia, tomar decisiones propias y seguir mi camino sola, pero gracias a
las herramientas que me han dado mis padres y las experiencias vividas, sé que
cuando llegue el momento de partir, estaré lista para cualquier reto.
Esto es una despedida
definitiva a la más difícil pero la más bella de mis épocas: mi adolescencia. Se
vienen tiempos mejores, pero más turbulentos y más complicados, el viaje es
largo y tortuoso y requiero viajar ligera… Me quedo con mis recuerdos, las buenas
experiencias y los amigos que permanecen a mi lado. Me quedo con mi familia, la
cual es una inspiración y un pilar importante en mi vida. Me quedo con mis
decisiones, mis logros, mis fracasos, mis metas cumplidas y las no cumplidas…
me quedo con mis amigos y los buenos momentos. Me quedo con mi número 18 y 17
años de recuerdos.
Agradecimientos especiales:
- A Edith González Santiago: gracias por enseñarme a ser la mujer que soy ahora, por prestarme atención siempre y guiarme por un buen camino, gracias por traerme a la vida y por darme las herramientas necesarias para sobrevivir, eres la mejor mamá que pude haber tenido.
- A Sergio Campos Soriano: gracias por darme tiempo de tus estudios (aún a la fecha) para jugar conmigo, conversar y pasar tiempo juntos, eres el mejor papá que pude haber tenido.
- A Verónica Ana Lilia González Santiago: gracias por apoyarme en todos mis proyectos y darme palabras de aliento siempre que lo necesité.
- A la familia González Santiago: gracias a mis abuelos, a mis tías y primos por apoyarme siempre en todo y siempre estar conmigo para darme consejo y apoyo.
- A Mitzi Marian Blancas Huerta: gracias por 18 años de amistad, que a pesar de haber peleado, hemos vuelto a reconciliarnos una y mil veces, gracias por demostrarme que la amistad verdadera dura para siempre.
- A Diana Laura Durán Moreno: gracias por enseñarme que no todas las personas hieren, gracias por enseñarme a amar y a expresar mis sentimientos sin miedo.
- A Marco García: en cualquier lugar que te encuentres, gracias por darme la oportunidad de conocerte, de demostrarme que no todos los hombres son superficiales, vanidosos y triviales, gracias por mostrarme que hay hombres inteligentes y perdón por cualquier daño que te haya hecho.