lunes, 8 de diciembre de 2014

Número 18



Hoy se cierra una etapa de mi desarrollo, hoy cumplo mi mayoría de edad… El número 18, tan temido por unos y tan ansiado por otros tantos y sin embargo, tan indiferente para mí… ¡qué día! En la mayoría de las palabras que me dedican y los buenos deseos, hay una frase que me resulta divertida y digna de análisis: “ya eres legal”… Para muchos, el número 18 significa hacer todas aquellas cosas que ya hacían a los 15, solo que ahora, ya lo pueden hacer con plástico de identificación en mano y pueden presumir de sus farras, de sus borracheras y demás hazañas… para muchos, el número 18 significa poder hacer gala de sus vicios y justificarlo con un “ya soy mayor de edad”, “ya soy adulto”, “ya soy legal”, no significa absolutamente nada, puesto que desperdiciaron su juventud, se volvieron adultos muy jóvenes y eran infractores de la ley, bebiendo y fumando a los 15 o más jóvenes incluso, a veces hasta consumiendo drogas y demás… para ellos no significa nada el número 18.
            Para mí, tan insignificante número no significa nada realmente, sí, es el final de una etapa en mi desarrollo, el comienzo de la adultez, ya no puedo ser llamada adolescente, ahora soy un “adulto joven”, ya tengo responsabilidades, ya puedo consumir alcohol legalmente y hacer muchas cosas que como menor de edad, no podía hacer… sin embargo no me emociona, no me provoca sentimiento alguno el número 18 porque yo he disfrutado de una niñez sana y feliz al lado de mi madre, que, severa, siempre con el reproche en los labios, supo guiarme por un camino recto, ser una mujer íntegra, que sabe respetarse a sí misma, a pesar de su duro carácter, siempre me demostró y me sigue demostrando que me ama y que es la única que siempre me va a amar pese a todos los errores que cometa, es mi modelo a seguir, mi ídolo y mi mundo, ella fue quien me inculcó el gusto por las artes, la lectura, la poesía, me enseñó a imaginar, me enseñó a volar y recuerdo cómo me leía El Principito cada noche antes de dormir y me hacía preguntas de la lectura para que imaginara y es por ella que ahora me dedico a escribir, a leer y es a ella a quien le debo mi pasión a las letras. En el otro lado de la balanza, está mi papá, con quién pasé la mayor parte de mi tiempo durante mi niñez, mi padre quien, a pesar de estar estudiando o haciendo cosas importantes, siempre tuvo tiempo para jugar conmigo, para hacerme reír e incluso, recuerdo cuando me leyó el libro de Tom Sawyer, cada noche me leía un capítulo y nos divertíamos con las hazañas de los personajes. Con él pasaba largas horas en el suelo dibujando carreteras con gises y luego paseando pequeños carros de juguete por ellas, fue él quien me enseñó a jugar a las canicas y con quien, a la fecha, sigo aprendiendo a no perder la capacidad de asombro, gracias a él desarrollé mi capacidad para ser sensible a mi entorno y me ha enseñado que no siempre las lágrimas son malas…
Mis papás son un pilar importante en mi vida, sin tabús, siempre con la verdad en la boca, dispuestos a responderme cualquier cosa, gracias a ellos es que no me he visto en la necesidad de refugiarme en el alcohol o el cigarro, tengo una familia que me ama y que da todo por mí, siempre preocupados y atentos a mis problemas, siempre dispuestos a pasar tiempo conmigo, salir al cine, a comer o simplemente a caminar por ahí.
Parece que fue ayer cuando, en aquel restaurante, aún me daban la carta infantil y pedía aquellos platillos tan extravagantes. Parece que fue ayer cuando aún podía ser yo misma sin temor a lo que dijeran los demás. Parece que fue ayer cuando dejé de pagar el boleto de “niño” en el cine… Parece que fue ayer cuando dejé de creer en los Reyes Magos… parece que fue ayer cuando dejé mi niñez atrás y entré a la adolescencia… parece que fue ayer cuando apenas entraba a la preparatoria y ahora estoy estudiando una carrera universitaria.
He dejado atrás mi adolescencia, la etapa más difícil de mi vida ha quedado atrás y viene una etapa llena de retos y metas por cumplir. En el camino de mi vida, ha habido muchas personas que han dejado una marca imborrable en mi corazón, unos se han quedado, otros han partido, pero todos han sido importantes en mi vida y mi desarrollo personal, ya sea para bien o para mal… Muchas gracias a todos los que recorrieron este camino conmigo, llega el momento de comenzar a buscar la independencia, tomar decisiones propias y seguir mi camino sola, pero gracias a las herramientas que me han dado mis padres y las experiencias vividas, sé que cuando llegue el momento de partir, estaré lista para cualquier reto.
Esto es una despedida definitiva a la más difícil pero la más bella de mis épocas: mi adolescencia. Se vienen tiempos mejores, pero más turbulentos y más complicados, el viaje es largo y tortuoso y requiero viajar ligera… Me quedo con mis recuerdos, las buenas experiencias y los amigos que permanecen a mi lado. Me quedo con mi familia, la cual es una inspiración y un pilar importante en mi vida. Me quedo con mis decisiones, mis logros, mis fracasos, mis metas cumplidas y las no cumplidas… me quedo con mis amigos y los buenos momentos. Me quedo con mi número 18 y 17 años de recuerdos.
  
Agradecimientos especiales:
  • A Edith González Santiago: gracias por enseñarme a ser la mujer que soy ahora, por prestarme atención siempre y guiarme por un buen camino, gracias por traerme a la vida y por darme las herramientas necesarias para sobrevivir, eres la mejor mamá que pude haber tenido.
  • A Sergio Campos Soriano: gracias por darme tiempo de tus estudios (aún a la fecha) para jugar conmigo, conversar y pasar tiempo juntos, eres el mejor papá que pude haber tenido.
  • A Verónica Ana Lilia González Santiago: gracias por apoyarme en todos mis proyectos y darme palabras de aliento siempre que lo necesité.
  • A la familia González Santiago: gracias a mis abuelos, a mis tías y primos por apoyarme siempre en todo y siempre estar conmigo para darme consejo y apoyo.
  • A Mitzi Marian Blancas Huerta: gracias por 18 años de amistad, que a pesar de haber peleado, hemos vuelto a reconciliarnos una y mil veces, gracias por demostrarme que la amistad verdadera dura para siempre.
  • A Diana Laura Durán Moreno: gracias por enseñarme que no todas las personas hieren, gracias por enseñarme a amar y a expresar mis sentimientos sin miedo.
  •  A Marco García: en cualquier lugar que te encuentres, gracias por darme la oportunidad de conocerte, de demostrarme que no todos los hombres son superficiales, vanidosos y triviales, gracias por mostrarme que hay hombres inteligentes y perdón por cualquier daño que te haya hecho.

viernes, 14 de noviembre de 2014

¿Dónde estás?

¿Dónde estás?,
tu, que vives entre quejas,
que caminas entre muertos,
que das la mano a quien te rompe la muñeca.

¿Dónde estás?,
tu, cuya compañía diaria se hace llamar justicia,
cuyo alimento diario es el coraje,
cuya escapatoria es el televisor.

¿Dónde estás?,
tu, persona temerosa de alzar la voz,
persona sumisa,
persona sedienta de justicia
persona hambrienta de libertad.

¿Dónde estás?,
tu, individuo vulnerable,
individuo que asesinan,
individuo uno de cuarenta y tres, de miles.

¿Dónde estás?,
tu, parte de la vida,
parte del alma de la tierra,
parte de México.

¿Dónde estás?,
tu, gente que trabaja,
gente que lucha,
gente exhausta.

¿Dónde estás?,
tu, que no puedes seguir viviendo así,
que sabes que vivir no es eso que haces todos los días,
que resistes en lugar de vivir.

¿Dónde estás ahora?,
ahora que tu patria ya no es tuya,
ahora que ya no existes,
ahora que dices “ya ni modo, ya paso”.


Y tu, ¿dónde estás?

Poema escrito por Nicté-Há Corona Terán. Estudiante de Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM.
Un agradecimiento especial a ella, quién me permitió publicar su poema.

sábado, 25 de octubre de 2014

La poesía

Símbolos dibujados con tinta sobre un papel,
sonidos pronunciados por una voz lánguida,
palabras efímeras, pero jamás insulsas,
sentimientos intensos, pero jamás desbordados.
 
Tardes lluviosas en compañía de un café,
un whisky o quizá un cigarro, ¡vaya usted a saber!
Un hombre o mujer inspirados,
escribiéndole a un fantasma,
a un ángel o a un demonio.

Una vida condenada,
sin poder acariciar al ser amado,
un sentimiento que nace y muere en silencio,
páginas y páginas destinadas
a empolvarse y envejecer en un cajón.

Una vida condenada a la soledad,
a la incomprensión y la pasión,
una vida condenada a sufrirla
con los sentimientos a flor de piel…
Eso y nada más que eso,
es la poesía.

Oculi Feline

Caminando por la calle,
me encontré un gato negro,
lo contemplé largamente
y él también me contempló.

Nos miramos a los ojos,
me miró directo al alma,
sus profundos ojos verdes
me hicieron evocarte.

Tus ojos no son esmeralda
como los de aquel gato,
son del color del felino mismo,
tienen su misma profundidad.

Los ojos de aquel gato
son ecuánimes y fríos,
al igual que los tuyos
que son estoicos e impasibles.

Tienes ojos de obsidiana,
lóbregos y profundos,
misteriosos y graves,
arrogantes y bellos.

Sin dudarlo ni un segundo,
me llevé al gato a casa
imaginando que eras tú.
Al poco tiempo se fue,
jamás pude poseer
a tan bello y salvaje felino,
da igual, querido mío,
que aquel minino me abandone,
sí dejé que tú me abandonaras,
¿qué más da otro abandono?

sábado, 11 de octubre de 2014

Recuerdos

Era una tarde de septiembre, estaba a punto de caer la noche y afuera solo se escuchaba el ensordecedor ruido de una tormenta y de cuando en cuando un trueno se escuchaba a lo lejos, iluminando las habitaciones de esa, su casa, la casa donde Mateo vivía solo, una casa enorme para un muchacho como él, una casa tan solitaria, tan silenciosa con apenas lo necesario para vivir cómodamente. Constaba de una habitación mediana con una cama, un escritorio y una computadora empolvada que había dejado de usar hace ya muchos días, en la habitación, también había un librero lleno de varios textos de filosofía, de Cortázar y demás autores. Además, la casa de Mateo constaba de un pequeño comedor que era parte de la sala, es decir, una sala-comedor, la parte de la sala solo constaba con un sillón que tenía tres lugares, él siempre ocupaba el del centro, el cual ya estaba un poco hundido y desgastado y los dos espacios a los lados albergaban a veces libros, a veces CD’s, a veces comida y la mayoría de las veces, albergaban solo aire y silencio. Mateo era un muchacho de 18 años, muy delgado, con cabello largo hasta media espalda de color castaño bastante bien cuidado, ojos cafés y la tez morena, usaba lentes desde pequeño y disfrutaba pasar el tiempo leyendo libros de Filosofía y también le apasionaba leer a Cortázar. Esa tarde, se encontraba sentado en su mesa, con una taza de café negro que tanto disfrutaba beber cuando leía o simplemente se quedaba solo con sus pensamientos. Estaba completamente solo, escuchando la lluvia caer, no le gustaba ese sonido, le recordaba a ella, a Natalia, ella amaba ese sonido y él la amaba a ella, su vida había cambiado por completo desde que ella lo dejó sin darle más explicaciones, así que se levantó de la mesa, encendió su estéreo y puso el primer casete que encontró, comenzaron a sonar las notas del primer nocturno de Chopin, suspiró y apagó de inmediato el estéreo. Se dirigió a su habitación con esa melodía en la cabeza y esa mujer atravesada en los párpados, en la garganta más que nada… y le dolía… y se tragaba el nudo intentando deshacerlo, pero volvía a aparecer cada vez con más fuerza y entre más vehementemente intentaba deshacerlo, más violentamente aparecía y amenazaba con hacerlo estallar en llanto. Abrió la puerta de su cuarto y al entrar la cerró tras de sí, se tiró a la cama y sacó un libro de debajo de la misma: Jaime Sabines… ¡todo le recordaba a ella!, de pronto un mar de recuerdos se le vino a la mente, inundándola, arrasando con todo y sin evitarlo, sus ojos comenzaron a drenar esa violenta inundación… recuerdo tras recuerdo aparecían en su cabeza, nadando en su cerebro, saliendo por sus ojos, vívidas imágenes de momentos felices pero también de momentos dolorosos que acribillaban su corazón y quebrantaban su comodidad y su felicidad… durante meses había tenido estos episodios de recuerdos y de nostalgia. Harto de esto, salió a su balcón, se subió a la baranda, empapándose por la lluvia que acariciaba su rostro y empapaba sus largos cabellos, se quitó los anteojos y los botó lejos, cerró los ojos y se aventó, cayendo dos pisos abajo, quedando inconsciente, pero vivo… Días después despertó en el hospital, su madre al verlo lloró de alegría y lo abrazó muy fuerte, Mateo no dijo nada, solo la abrazó con extrañeza… después de todo, ya no recordaba ni quién era él mismo…y fue feliz de nuevo.

lunes, 29 de septiembre de 2014

Noche lluviosa (haiku)

Agua cayendo al suelo,
aves volviendo
prestas hacia sus nidos.

Gotas golpean los vidrios,
recuerdos vuelven
a la mente del poeta.

Un fantasma aparece,
lágrimas caen
como gotas de lluvia.

Recuerdos de una mañana (haiku)

Golondrinas cantando
en la mañana,
café hirviendo en una taza.

Un gato en la cornisa,
olor canela
de la taza de café.

Cielo violeta y azul,
calles vacías.
Perros ladran a lo lejos

martes, 16 de septiembre de 2014

Crónicas de un corazón roto (haiku)

Corazón desgarrado,
una lágrima
cae durante la noche.

Flores de jacaranda
caen al suelo.
El viento sopla helado.

El alma quebrantada,
agua tibia
por las mejillas cae.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Corazón vivaracho

Pequeño corazón mío, ¿por qué te agitas tanto?
Golpeas desesperado mi pecho, con singular vigor.
Temo que alguien te escuche y delates mi emoción,
temo que escapes y en mi pecho pongo las manos.


Todavía me sorprende lo vivaz que te pones
cuando veo a ese joven caminando despreocupado,
solo verlo te agita, corazón desesperado,
sentir su piel quisiera para despertar mis pasiones.

Corazón rebelde e inquieto de una poeta enamorada,
sentimientos a flor de piel, intensos e indiscretos,
una sonrisa delatora y una dulce mirada.

Corazón vivaracho, oculta tus sentimientos,
mi herido y suicida corazón, ya te han herido con espada,
no aguantarás otra estocada, ya habrá otros momentos.

martes, 2 de septiembre de 2014

El gato negro

Ven y reposa sobre mi regazo,
hermoso y astuto felino de obsidiana.
Déjame admirar tu belleza de cerca,
déjame acariciar tu suave cuerpo azabache
y déjame mirar tus ojos de esmeralda.
                                                     
Ronronea mientras acicalo tu cuerpo flexible,
déjame recorrer tu columna morena con los dedos
y déjame escuchar tu ronroneo plácido
mientras yo me relajo pensando en mi amado.
 
¡Ah, hermoso felino bruno,
cuánto me recuerdas a mi amado!
Esos enormes ojos de esmeralda
tan profundos y arrogantes,
tan fríos y hermosos,
me recuerdan a ese varón al que tanto amo,
tu ronroneo se asemeja tanto
a su manera tan ecuánime y lenta de hablar.

Mírame a los ojos, minino tostado,
quiero evocar su mirada morena
en tu mirada aceituna,
proyectar sus ojos cafés
en tus ojos verdes.

Quiero imaginar que en vez de mirarte a ti,
estoy viendo a ese hombre
que me hechizó con su mirada,
quiero imaginar que tus altaneros ojos,
son los de él… después de todo,
la arrogancia de sus ojos,
es la misma que la de los tuyos.

domingo, 31 de agosto de 2014

A un poeta bohemio y maldito

“El genio no es más que la infancia recuperada a voluntad.”
Charles Baudelaire

Ciento cuarenta y siete años han pasado

desde que abandonaste ésta tierra
que tanto te hizo sufrir, que nunca
te entendió y que nunca te agradó…

Pobre niño parisino, que siempre
sentiste que tu mamá te abandonó,
Aupick objeto de tu infinito odio,
el nuevo juguetillo de tu madre.

Licenciado en Derecho por complacer
a tu madre y a tu padrastro, decidiste
no ejercer, decidiste convertirte
en un poeta libertino, vivir sin límites.

Poeta maldito, vicioso y bohemio,
nadie comprendió nunca tu poesía,
poco te importaba si escandalizaba
a la sociedad moralina, poeta ebrio.

¡Ah, Pierre Baudelaire, pobre poeta maldito
adicto a la farra y las mujeres fáciles!
Una de esas tantas bohemias noches,
tuviste que encontrarte con tu perdición.

Se hacía llamar Sahra, una fulana
judía a la que llamaste La Louchette,
ella te contagió de tan terrible mal,
aquel que destruye cuerpo y cerebro.

Pobre poeta libertino, fracasado,
incomprendido y sólo hasta el final
de tus tristes y miserables días.
Mi querido Baudelaire, yo sí te entiendo
y soy tu eterna enamorada,
a sabiendas que despreciabas
a las mujeres y a la humanidad en general,
me declaro tu amante y enamorada
y al igual que tú, ésta poeta condenada
es incomprendida y ni la mitad de brillante
de lo que tú eras… te veré en el infierno.

viernes, 29 de agosto de 2014

Ya no quiero ser mujer

Féminas oprimidas por siglos,
discriminadas durante años,
consideradas por muchas eras
el sexo débil, del hogar guardianas.

Damiselas en peligro en todos
los relatos infantiles y los épicos,
mártires, abnegadas, débiles
y frágiles seres de piel de alelíes.

Protectoras de los hogares,
encargadas de educar
a los críos y atender
a sus maridos, al hogar alimentar,
Hera era su patrona.

Genios e intelectuales
salieron de hogares matriarcales,
felices y plenos, mientras,
criadas para servir, las hermanas
de los eruditos, ya habían
conseguido marido y seguían
los pasos de sus madres y sus abuelas.

Así fue por siglos, eras enteras,
las hembras fueron meramente
madres y cuidadoras de las moradas,
amorosas, tranquilas, muchas veces sufridas,
pero mayormente eran dichosas.

¿Cuándo cambiarían su destino,
frágiles seres de piel de seda,
cuándo iba a cambiar su camino?
¿Cuándo decidieron que su vida
de paz y de tranquilidad
ya no les era suficiente?
¿Cuándo decidieron que criar
a sus hijos y ser feliz
con un solo hombre ya no era lo óptimo?

“El varón nos oprime, piensa
que somos menos que él”,
decían ellas mientras ellos
decían “son el sexo débil”.

Vino la revolución industrial,
necesitaban mano de obra,
pero los hombres se habían ido
todos a la guerra, no quedaba de otra,
contratar mujeres era la solución…

Ese fue el comienzo del final.
Lector, lectora mía, por favor,
no me tache de machista,
estoy a favor de la igualdad
de derechos, señora mía,
tengo derecho a ir de pie
en el vagón de metro al igual
que todos los hombres que van
de pie, tengo derecho a ceder
mi lugar a los ancianos y a otras
mujeres que lo necesiten más
que yo. Tengo derecho a viajar
junto con los demás pasajeros,
de todas las edades y géneros
y no irme en el vagón especial.

Tengo derecho a trabajar en mi hogar
sin que me llamen parásito,
inútil o tonta, tengo derecho
a ser una mujer a la antigua,
dedicada a mis hijos,
mi esposo tiene derecho
a cuidar a los niños también,
a realizar el quehacer como
yo, porque somos humanos
ante todo y somos iguales…

¿por qué exigen un trato diferente?
¿por qué exigen respeto cuando
no se respetan ni a sí mismas?
¿por qué se llaman “sexo débil”
entre ustedes mismas, colegas?

Féminas de la antigüedad,
féminas ilustres como Beauvoir,
lucharon con pluma y papel
contra la desigualdad de género,
lucharon por el respeto al género
más poderoso y fuerte de la tierra
para que ustedes, muchachas,
ahora lleguen a escupirles a la cara,
a denigrarse por aceptación y atención
en ese lugar oscuro llamado CaraLibro,
exhibiéndose como en un prostíbulo
de la antigua Pompeya
y a la vez, comportándose
como la Santa Virgen y exigir respeto,
exigen caballeros siendo unas fulanas,
exigen caballeros bebiendo alcohol
como germanos en banquete,
hasta perder el conocimiento,
la dignidad y el respeto propio.

Exigen fidelidad siendo
canes falderas, disponibles
al mejor postor, desesperadas
de atención, desesperadas de amor…

¡Ah, maldigo las ideas revolucionarias
que se tergiversaron a través de los años!
¡Creen que ser libres, es lo mismo
que ser libertinas!

Hambrientas de amor,
lo buscan en bares y en moteles,
lo buscan en el dinero
y en la atención,
se muestran disponibles
sexualmente, deseosas
de atención… de amor.
Niña, cubre esos capullos,
no florecen aún, no quieras
parecer mayor, no quieras
ser “libre”, despinta ese rostro
angelical, terso de alelí…

Me han tachado de “mocha”,
reprimida, aburrida y mustia,
me consideran lesbiana
por vestir cómodamente,
por ser decente y no exhibirme,
por ser mesurada y leer libros…
si ser una mujer libre
significa entrar en un régimen
tan sólido y tan tirano
que solo me considera
fémina libre si me visto
para mostrar disponibilidad sexual,
si me embriago en bares
y busco tan desesperadamente un hombre…

Ya no quiero ser mujer…
o al menos no una mujer libre.

Quiero ser una mujer libre,
no libertina, quiero ser una mujer
a la antigua, ama de casa,
mesurada e inteligente,
de esas que ya casi no existen,
de esas mujeres atentas a sus hijos,
madres de intelectuales,
de hombres de bien, más no de criminales…

Ya no quiero ser mujer,
quiero vivir oprimida entonces,
no quiero la hipocresía de su “igualdad”…
quiero ser una mujer libre
y esperaré a que las mujeres nos liberemos.

viernes, 22 de agosto de 2014

La rosa

En un jardín de una pequeña iglesia,
la hierba crece muy verde y muy sana,
las rosas blancas florecen hermosas
y el aire huele a dulce ambrosía.
 
Las abejas revolotean alegres
llenándose todo de polen el cuerpo,
un gato anda entre la hierba con garbo,
¡qué bella escena la que mis ojos ven!

Pero de pronto algo captó mi atención,
aislado de todo, en una esquina,
un pequeño arbusto se volvió la adicción

y el deleite de mi sentido de la vista.
Estaba lleno de espinas… era su protección.
Recorriendo despacio con la mirada,

aquel arbusto espinado y opaco,
en su punta, coronándose como una reina,
había una rosa roja, exquisita,
abierta y despidiendo olor a vino.

Está bien protegida por sus espinas,
nadie se atreve a arrancarla de su arbusto.
En ese jardín de blancas rosas,
aquella roja rosa resalta y gobierna.

Sin embargo a pesar de tan bella flor,
mis ojos derramaron una lágrima,
no de embelesamiento, sino de rabia.

¡Qué perra la vida que se encarga de aislar
a las cosas bellas, a las diferentes...

qué perra la vida que aísla y asesina a los distintos!

miércoles, 20 de agosto de 2014

Vuélvete a enamorar

“La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener.”
Gabriel García Márquez

“Yo aquí, escribiéndote. Tú allá, borrándote.”
Jaime Sabines


Fémina quebrantada y desconsolada,
levanta la cabeza y deja de llorar.
Nunca fue tuyo, mujer, deja de esperar,
no te lastimes, niña desesperada,

ponte de pie, limpia las lágrimas
de tus marrones ojos y mira afuera,
olvida a ese varón, recuerda lo feliz que eras
antes de conocerlo, no llores más.

Mira la hermosa luna que se alza,
brillante y más blanca que nunca, ¡qué belleza!
Apaga las luces de tu cuarto
y deja que la luz de la luna alumbre,
baila por tu habitación, sonríe, ríe,
que la luna ansía verte sonreír de nuevo,
deja que la luz pálida del plateado astro
alumbre tus pies mientras danzas.

Olvídate de todo, olvídate de él…
alza la mirada al cielo y respira profundo,
siente la brisa helada de la noche
acariciar tu rostro y sonríe por lo que vendrá.

No pienses más en él, él ha muerto ya,
no te dejes morir, no te destruyas,
no quebrantes tu propio espíritu,
fémina nocturna y taciturna,
enmascara tus lágrimas con una sonrisa

y sal a la calle… y vuélvete a enamorar.

domingo, 17 de agosto de 2014

A un francés

Nunca he ocultado mi gran admiración
a esa europea tierra de románticos hablantes,
de románticas personas, y hermosísimas ciudades.
A cada oportunidad que tengo, con la mano al corazón,

expreso mi amor y fascinación a ese,
el país llamado Francia: la tierra de mis sueños.
Hermosas calles tienes, hermosos monumentos,
bellísimas ciudades y muchísima historia.

Incluso las personas, son bellas en esa tierra,
hombres, mujeres y niños, son hermosos por igual,
son cultos además y sencillos en su trato,

¡Dios mío, por favor, dame años y dinero
para algún día visitar, aquel país de ensueño,
no me quiero morir sin antes haberlo visto!

Además, hace unas semanas conocí
a un muchacho singular, quizá
no sea singular para usted, pero para
mí, incluso hasta es especial…

quizá no lo conozca demasiado,
y no he charlado mucho con él,
pero hay algo en su forma de ser
que me resulta agradable en demasía.

Es un francés muchacho, de tez clara,
cabello castaño y ojos marrones.
¡Ah, maldita distancia la que nos separa,

México tan lejos de Francia,
yo tan lejos de él!
Yo solo lo conozco en fotografía,

solo he charlado por medio electrónico.
A pesar de todo esto que acabo de exponer,
en mi interior se ha despertado una cierta
emoción, ¡Ah, ruego al cielo que ese hombre

no lea nunca éstas líneas, y que si las lee
algún día, que no se ofenda
por lo que estoy por decir!
En mí se ha despertado, un sentimiento

muy extraño: es admiración por su belleza
y admiración por su sangre gala…
a la vez también siento un embelesamiento

y enamoramiento por ese rostro tan perfecto,
es un enamoramiento superficial, de eso estoy consciente,
¿qué sería de mí si lo conociera a fondo?

Estoy enamorada de una imagen,
de un rostro de un ideal,
en parte quisiera conocerlo mejor
y en parte desearía no conocerle más,

el conocerle de manera más profunda,
implicaría un enamoramiento completo,
sí ahora estoy tan embelesada
y aletargada con ese muchacho,

no me quiero enamorar del todo
de él… sí es que usted,
galo de mis sueños, dueño
de éstas líneas está leyendo esto

le pido disculpas por mi atrevimiento,
disculpe a ésta poeta enamorada,
no me prohíba dedicarle unos poemas,

déjeme inmortalizarlo en el papel
con la tinta de mi pluma,

déjeme acariciarlo aunque sea en éste poema.