domingo, 31 de agosto de 2014

A un poeta bohemio y maldito

“El genio no es más que la infancia recuperada a voluntad.”
Charles Baudelaire

Ciento cuarenta y siete años han pasado

desde que abandonaste ésta tierra
que tanto te hizo sufrir, que nunca
te entendió y que nunca te agradó…

Pobre niño parisino, que siempre
sentiste que tu mamá te abandonó,
Aupick objeto de tu infinito odio,
el nuevo juguetillo de tu madre.

Licenciado en Derecho por complacer
a tu madre y a tu padrastro, decidiste
no ejercer, decidiste convertirte
en un poeta libertino, vivir sin límites.

Poeta maldito, vicioso y bohemio,
nadie comprendió nunca tu poesía,
poco te importaba si escandalizaba
a la sociedad moralina, poeta ebrio.

¡Ah, Pierre Baudelaire, pobre poeta maldito
adicto a la farra y las mujeres fáciles!
Una de esas tantas bohemias noches,
tuviste que encontrarte con tu perdición.

Se hacía llamar Sahra, una fulana
judía a la que llamaste La Louchette,
ella te contagió de tan terrible mal,
aquel que destruye cuerpo y cerebro.

Pobre poeta libertino, fracasado,
incomprendido y sólo hasta el final
de tus tristes y miserables días.
Mi querido Baudelaire, yo sí te entiendo
y soy tu eterna enamorada,
a sabiendas que despreciabas
a las mujeres y a la humanidad en general,
me declaro tu amante y enamorada
y al igual que tú, ésta poeta condenada
es incomprendida y ni la mitad de brillante
de lo que tú eras… te veré en el infierno.

viernes, 29 de agosto de 2014

Ya no quiero ser mujer

Féminas oprimidas por siglos,
discriminadas durante años,
consideradas por muchas eras
el sexo débil, del hogar guardianas.

Damiselas en peligro en todos
los relatos infantiles y los épicos,
mártires, abnegadas, débiles
y frágiles seres de piel de alelíes.

Protectoras de los hogares,
encargadas de educar
a los críos y atender
a sus maridos, al hogar alimentar,
Hera era su patrona.

Genios e intelectuales
salieron de hogares matriarcales,
felices y plenos, mientras,
criadas para servir, las hermanas
de los eruditos, ya habían
conseguido marido y seguían
los pasos de sus madres y sus abuelas.

Así fue por siglos, eras enteras,
las hembras fueron meramente
madres y cuidadoras de las moradas,
amorosas, tranquilas, muchas veces sufridas,
pero mayormente eran dichosas.

¿Cuándo cambiarían su destino,
frágiles seres de piel de seda,
cuándo iba a cambiar su camino?
¿Cuándo decidieron que su vida
de paz y de tranquilidad
ya no les era suficiente?
¿Cuándo decidieron que criar
a sus hijos y ser feliz
con un solo hombre ya no era lo óptimo?

“El varón nos oprime, piensa
que somos menos que él”,
decían ellas mientras ellos
decían “son el sexo débil”.

Vino la revolución industrial,
necesitaban mano de obra,
pero los hombres se habían ido
todos a la guerra, no quedaba de otra,
contratar mujeres era la solución…

Ese fue el comienzo del final.
Lector, lectora mía, por favor,
no me tache de machista,
estoy a favor de la igualdad
de derechos, señora mía,
tengo derecho a ir de pie
en el vagón de metro al igual
que todos los hombres que van
de pie, tengo derecho a ceder
mi lugar a los ancianos y a otras
mujeres que lo necesiten más
que yo. Tengo derecho a viajar
junto con los demás pasajeros,
de todas las edades y géneros
y no irme en el vagón especial.

Tengo derecho a trabajar en mi hogar
sin que me llamen parásito,
inútil o tonta, tengo derecho
a ser una mujer a la antigua,
dedicada a mis hijos,
mi esposo tiene derecho
a cuidar a los niños también,
a realizar el quehacer como
yo, porque somos humanos
ante todo y somos iguales…

¿por qué exigen un trato diferente?
¿por qué exigen respeto cuando
no se respetan ni a sí mismas?
¿por qué se llaman “sexo débil”
entre ustedes mismas, colegas?

Féminas de la antigüedad,
féminas ilustres como Beauvoir,
lucharon con pluma y papel
contra la desigualdad de género,
lucharon por el respeto al género
más poderoso y fuerte de la tierra
para que ustedes, muchachas,
ahora lleguen a escupirles a la cara,
a denigrarse por aceptación y atención
en ese lugar oscuro llamado CaraLibro,
exhibiéndose como en un prostíbulo
de la antigua Pompeya
y a la vez, comportándose
como la Santa Virgen y exigir respeto,
exigen caballeros siendo unas fulanas,
exigen caballeros bebiendo alcohol
como germanos en banquete,
hasta perder el conocimiento,
la dignidad y el respeto propio.

Exigen fidelidad siendo
canes falderas, disponibles
al mejor postor, desesperadas
de atención, desesperadas de amor…

¡Ah, maldigo las ideas revolucionarias
que se tergiversaron a través de los años!
¡Creen que ser libres, es lo mismo
que ser libertinas!

Hambrientas de amor,
lo buscan en bares y en moteles,
lo buscan en el dinero
y en la atención,
se muestran disponibles
sexualmente, deseosas
de atención… de amor.
Niña, cubre esos capullos,
no florecen aún, no quieras
parecer mayor, no quieras
ser “libre”, despinta ese rostro
angelical, terso de alelí…

Me han tachado de “mocha”,
reprimida, aburrida y mustia,
me consideran lesbiana
por vestir cómodamente,
por ser decente y no exhibirme,
por ser mesurada y leer libros…
si ser una mujer libre
significa entrar en un régimen
tan sólido y tan tirano
que solo me considera
fémina libre si me visto
para mostrar disponibilidad sexual,
si me embriago en bares
y busco tan desesperadamente un hombre…

Ya no quiero ser mujer…
o al menos no una mujer libre.

Quiero ser una mujer libre,
no libertina, quiero ser una mujer
a la antigua, ama de casa,
mesurada e inteligente,
de esas que ya casi no existen,
de esas mujeres atentas a sus hijos,
madres de intelectuales,
de hombres de bien, más no de criminales…

Ya no quiero ser mujer,
quiero vivir oprimida entonces,
no quiero la hipocresía de su “igualdad”…
quiero ser una mujer libre
y esperaré a que las mujeres nos liberemos.

viernes, 22 de agosto de 2014

La rosa

En un jardín de una pequeña iglesia,
la hierba crece muy verde y muy sana,
las rosas blancas florecen hermosas
y el aire huele a dulce ambrosía.
 
Las abejas revolotean alegres
llenándose todo de polen el cuerpo,
un gato anda entre la hierba con garbo,
¡qué bella escena la que mis ojos ven!

Pero de pronto algo captó mi atención,
aislado de todo, en una esquina,
un pequeño arbusto se volvió la adicción

y el deleite de mi sentido de la vista.
Estaba lleno de espinas… era su protección.
Recorriendo despacio con la mirada,

aquel arbusto espinado y opaco,
en su punta, coronándose como una reina,
había una rosa roja, exquisita,
abierta y despidiendo olor a vino.

Está bien protegida por sus espinas,
nadie se atreve a arrancarla de su arbusto.
En ese jardín de blancas rosas,
aquella roja rosa resalta y gobierna.

Sin embargo a pesar de tan bella flor,
mis ojos derramaron una lágrima,
no de embelesamiento, sino de rabia.

¡Qué perra la vida que se encarga de aislar
a las cosas bellas, a las diferentes...

qué perra la vida que aísla y asesina a los distintos!

miércoles, 20 de agosto de 2014

Vuélvete a enamorar

“La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener.”
Gabriel García Márquez

“Yo aquí, escribiéndote. Tú allá, borrándote.”
Jaime Sabines


Fémina quebrantada y desconsolada,
levanta la cabeza y deja de llorar.
Nunca fue tuyo, mujer, deja de esperar,
no te lastimes, niña desesperada,

ponte de pie, limpia las lágrimas
de tus marrones ojos y mira afuera,
olvida a ese varón, recuerda lo feliz que eras
antes de conocerlo, no llores más.

Mira la hermosa luna que se alza,
brillante y más blanca que nunca, ¡qué belleza!
Apaga las luces de tu cuarto
y deja que la luz de la luna alumbre,
baila por tu habitación, sonríe, ríe,
que la luna ansía verte sonreír de nuevo,
deja que la luz pálida del plateado astro
alumbre tus pies mientras danzas.

Olvídate de todo, olvídate de él…
alza la mirada al cielo y respira profundo,
siente la brisa helada de la noche
acariciar tu rostro y sonríe por lo que vendrá.

No pienses más en él, él ha muerto ya,
no te dejes morir, no te destruyas,
no quebrantes tu propio espíritu,
fémina nocturna y taciturna,
enmascara tus lágrimas con una sonrisa

y sal a la calle… y vuélvete a enamorar.

domingo, 17 de agosto de 2014

A un francés

Nunca he ocultado mi gran admiración
a esa europea tierra de románticos hablantes,
de románticas personas, y hermosísimas ciudades.
A cada oportunidad que tengo, con la mano al corazón,

expreso mi amor y fascinación a ese,
el país llamado Francia: la tierra de mis sueños.
Hermosas calles tienes, hermosos monumentos,
bellísimas ciudades y muchísima historia.

Incluso las personas, son bellas en esa tierra,
hombres, mujeres y niños, son hermosos por igual,
son cultos además y sencillos en su trato,

¡Dios mío, por favor, dame años y dinero
para algún día visitar, aquel país de ensueño,
no me quiero morir sin antes haberlo visto!

Además, hace unas semanas conocí
a un muchacho singular, quizá
no sea singular para usted, pero para
mí, incluso hasta es especial…

quizá no lo conozca demasiado,
y no he charlado mucho con él,
pero hay algo en su forma de ser
que me resulta agradable en demasía.

Es un francés muchacho, de tez clara,
cabello castaño y ojos marrones.
¡Ah, maldita distancia la que nos separa,

México tan lejos de Francia,
yo tan lejos de él!
Yo solo lo conozco en fotografía,

solo he charlado por medio electrónico.
A pesar de todo esto que acabo de exponer,
en mi interior se ha despertado una cierta
emoción, ¡Ah, ruego al cielo que ese hombre

no lea nunca éstas líneas, y que si las lee
algún día, que no se ofenda
por lo que estoy por decir!
En mí se ha despertado, un sentimiento

muy extraño: es admiración por su belleza
y admiración por su sangre gala…
a la vez también siento un embelesamiento

y enamoramiento por ese rostro tan perfecto,
es un enamoramiento superficial, de eso estoy consciente,
¿qué sería de mí si lo conociera a fondo?

Estoy enamorada de una imagen,
de un rostro de un ideal,
en parte quisiera conocerlo mejor
y en parte desearía no conocerle más,

el conocerle de manera más profunda,
implicaría un enamoramiento completo,
sí ahora estoy tan embelesada
y aletargada con ese muchacho,

no me quiero enamorar del todo
de él… sí es que usted,
galo de mis sueños, dueño
de éstas líneas está leyendo esto

le pido disculpas por mi atrevimiento,
disculpe a ésta poeta enamorada,
no me prohíba dedicarle unos poemas,

déjeme inmortalizarlo en el papel
con la tinta de mi pluma,

déjeme acariciarlo aunque sea en éste poema.

viernes, 15 de agosto de 2014

Todo se terminó...

Todo se terminó… nuestro tiempo para serlo todo ha pasado,
el tiempo lo hizo de nuevo.

El cielo se ha venido abajo,
llorando días enteros, sonriendo a ratos…
al igual que yo.
No dejo de pensar en aquellos días
que pudieron haber sido nuestros,
pero que por azares del destino
y por tu indiferencia a mi trato cariñoso,
esos días jamás fueron y ahora, jamás serán nuestros.

Te gusta la soledad,
te gusta la nada,
pero te olvidas de que hasta la nada está acompañada,
está acompañada de silencio y pensamientos,
tú no quieres estar en medio de la nada,
lo que tú quieres es la inexistencia,
que nadie te mire,
que nadie te hable,
que nadie te piense…
lo que tú quieres es la inexistencia, amor mío.

Morí, y hasta la fecha sigo muriendo de amor,
todos los días, por la misma persona
y aun así sigo con la vida,
lo absurdo, es que lo que me mata,
también me mantiene con ganas de seguir respirando.
Tú eras la única razón que encontraba
para ponerme de pie cada mañana,
para arreglarme lo más bonita que podía
y salir a realizar mi rutina,
con la esperanza de recibir algún alago tuyo,
pero lo único que recibía,
era una sonrisa a medias y si bien me iba,
un “hola” insípido… Día tras día lo mismo,
jamás perdí la esperanza y hasta la fecha,
sigo con la esperanza de que algún día,
inesperadamente, te encuentre en la calle
y me veas, tan bonita como siempre,
arreglada solo para ti…
sí me hubieras dado la oportunidad,
hubiera podido quedarme toda una tarde contemplándote,
e incluso, hubiera podido pasar toda una vida haciéndolo.
Sin ti me siento vacía… sola…
ahora me estoy dando cuenta,
de que mi cuerpo tiene dos sombras,
la mía y la de tus recuerdos.
He leído millones de veces esos poemas que me diste,
y quizá escatimo en el número de veces que te menciono aquí…
los he leído una y otra vez,
buscando inútilmente alguna frase que sea dedicada a mí,
en ninguna palabra me encuentro y sin embargo,
todas las hago mías, celosamente,
guardo tus poemas en el cajón de mi buró,
en donde noche tras noche, los leo
una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho… infinidad de veces.

Todas las noches sin falta,
miro al cielo y admiro la belleza de la luna,
ella se ha vuelto mi confidente,
le cuento mis penas y muchas noches
le he llorado con impotencia,
le he llorado de dolor…
En las noches es cuando
se me ocurren los versos más bellos,
en las noches es cuando
tu recuerdo me asalta con más violencia
y tu sonrisa aparece en los rincones
oscuros de mi mente,
y tu voz susurra en mi cabeza, haciendo eco,
obligándome a evocarte con más ahínco.

Hubiera querido ser en tu vida
algo más que un instante,
algo más que una sombra,
algo más que un afán,
hubiera querido ser en ti
una huella imborrable,
ser en ti una lágrima, una sonrisa,
ser en tu vida felicidad y alegría.

Jamás dejaré de pensar en ti,
jamás te voy a olvidar,
todo lo que siento por ti,
acá lo tengo bien guardado,
donde nadie pueda verlo,
donde yo no pueda olvidarlo.

Me rompiste completamente,
me quebraste, me arruinaste,
y la próxima persona que llegue
a mi vida e intente arreglarme,
deberá tener cuidado
porque mis partes rotas pueden cortarle.

Todo se terminó…
Una nueva etapa comienza,
contigo allá, lejos,
pero a la vez conmigo…

en mis recuerdos.


dedicatoria: para aquel que quebrantó Mi espíritu y me hizo sentir vivA y feliz aunque fuera solo con una fantasía mía… paRa aquel a quien dediqué tantos poemas, tantas noChes de insomnio y tantas lágrimas de impotEncia… para aquel que al final del camino, me quebrantó compLeta y me quitó las ganas de amar.

La mancha

Soy una solitaria en un mundo de falsos sociables... Estoy tan sola en medio de la muchedumbre, me siento tan vacía y sin embargo me río de las bromas de aquel tipo, estoy tan decaída y sin embargo le doy consejos de vida, de cómo ser feliz a aquella chica a la que finjo conocer...

En éste mundo de colores, soy la mancha gris en medio del lienzo alegre y colorido... Soy el error que cometió el pintor al pasar su pincel mal limpiado sobre su brillante cuadro. ¿Qué sería de la obra sin esa mancha gris? Obvio sería muy bella, sin embargo el pintor no deshecha el lienzo, le gusta como luce ese manchón ahí, de hecho sonríe y dice para sí: "No puede haber un mundo con tantos colores si que haya grises... todo debe tener un contraste."

Al final del día, el pintor se retira cansado de su estudio y el cuadro queda muy colorido, sí... pero en ciertas partes del cuadro, casi imperceptiblemente, hay pequeñas manchas negras y grises, una de esas manchas soy yo, egoísta pintor, amigo mío: ¿no pudiste dejar tu cuadro así?... ¿No pudiste limpiar bien ese pincel? ¿Por qué tengo que convivir con gente que me lastima? Soy un estorbo, un error en tu cuadro y todas las demás manchas de igual forma, preferirían no estar en el lienzo, no tenemos una razón más que para "dar contraste", ¿qué necesidad hay de ello? De menos hubiera querido que a todos esos manchones nos hubiera puesto a todos en un mismo espacio, para no sentir el horrible peso de la soledad, de la segregación, de la señalación por ser diferente... del dolor...

A nombre de todas las manchas negras y grises, yo digo: borrémonnos de éste absurdo mundo de colores, dejemos de estorbar... dejemos de sufrir.

miércoles, 13 de agosto de 2014

Ya no lloro

Amor mío, amor mío, ¿por qué,
amor, te veo a cada minuto,
en cada rostro, en cada silueta?
¿Por qué te escucho en cada murmullo,

en cada risa, en cada voz, amor mío?
¡Ay, amor no mío! Te sigo amando
a pesar de que me rechazaste, mi amor...
te sigo extrañando incluso cuando

me dije que te olvidaría para siempre,
que soltaría tu recuerdo, te soltaría a ti...
que dejaría de aferrarme a lo imposible.

Pero algo sí puedo decirte con orgullo:
al menos ahora ya no lloro tu pérdida,
al menos ahora, nadie se percata de mi dolor.

domingo, 10 de agosto de 2014

La poesía

Símbolos dibujados con tinta sobre un papel,
sonidos pronunciados por una voz lánguida,
palabras efímeras, pero jamás insulsas,
sentimientos intensos, pero jamás desbordados.

Tardes lluviosas en compañía de un café,
un whisky o quizá un cigarro, ¡vaya usted a saber!
Un hombre o mujer inspirados,
escribiéndole a un fantasma,
a un ángel o a un demonio.

Una vida condenada,
sin poder acariciar al ser amado,
un sentimiento que nace y muere en silencio,
páginas y páginas destinadas
a empolvarse y envejecer en un cajón.

Una vida condenada a la soledad,
a la incomprensión y la pasión,
una vida condenada a sufrirla
con los sentimientos a flor de piel…
Eso y nada más que eso,

es la poesía.

viernes, 8 de agosto de 2014

Poema para mi demonio

He dedicado tantos insomnios
a quien no va a venir, que cuando llegue
alguien que los merezca,
me voy a quedar dormida,
pero aún a sabiendas de eso,
decido seguir dedicándole
mis insomnios a ese demonio,
a ese fantasma de mi mente
que jamás podré poseer,
que jamás podré acariciar.

El poeta está condenado
a vivir sin poder poseer
jamás a la persona
a quien dedica sus poemas,
he decidido resignarme
y aceptar ese destino sin más.
Quiero inmortalizar a mi demonio
en mis poemas, que aún
después de morir él
y después de morir yo, él siga vivo
en mis poesías.

Tengo la plena seguridad
de que el amor no existe,
pero también tengo la plena seguridad
de que yo amo a ese demonio.
Amo la violencia con la que su sonrisa
rompe mi rutina y quebranta mi espíritu
rebelde convirtiéndome en una fiel
servidora y esclava de su sonrisa.

Inmarcesible amor es el mío,
dulce y bello demonio mío,
con tal de estar contigo,
renuncio a la vida eterna en el paraíso

y decido acompañarte a tu infierno.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Definición del amor

¿Qué es el amor?
He hecho esa pregunta a tanta gente
y sin embargo, no he obtenido respuesta,
nadie sabe lo que es o cómo se siente.

Algunos dicen que es ese deseo
de permanecer junto a una persona
aceptando no solo sus virtudes,
sino también sus defectos.
Aceptar sus manías,
sus costumbres y demás nimiedades.

Yo digo que el amor es,
más que aceptar las virtudes y defectos
de una persona, es aceptar
su infierno, aceptar sus demonios,
sus secretos, sus perversiones,
sus pensamientos.
Es el placer de deleitarse
visual, auditiva y olfativamente
con esa persona,
disfrutar su belleza física,
excitar el oído con una exquisita charla
y deleitarse oliendo el perfume del otro.

Amor es el poder verse a los ojos
en el reflejo de los ojos del otro,
es el respeto mutuo,
la convivencia de 2 infiernos,
el de uno y el de la otra persona,
la lucha de 2 clases de demonios,
pero a pesar de todos los problemas,
el amor hará que ambos infiernos,
se vuelvan uno solo,
que las 2 especies de demonios,
convivan en paz bebiendo ambrosía,
que ambas personas descubran,
permanezcan juntos compartiendo
sus problemas y se ayuden a salir adelante…

No necesariamente se ama
a una bella dama o a un galante caballero
para tener una relación sentimental,
se ama a aquellos que están a tu alrededor,
amigos, familia y ¿por qué no?
a un minino o un cachorro…

Pero a fin de cuentas,
el definir significa limitar,
y el amor no debe ser limitado,
todo lo limitado,
tarde o temprano pierde los límites
y huye, se escapa y nunca vuelve.

El amor es efímero,
dura tan poco como dura una vida,
querido mío, después de haberle
explicado lo que es el amor
y haberlo terminado yo de entender,
debo decirle que lo amo,
amo su pensamiento,
amo su charla,
amo sus ojos,
amo su olor,
amo su infierno, sus demonios,
pero mi amor no es correspondido,
soy consciente,
y quizá usted piense que soy una tonta,
¿cómo puedo hablar de amor
siendo apenas una adolescente?
Pero es verdad, usted ha sido el único
que ha despertado ese sentimiento en mí,
no estoy pidiéndole que comparta
la vida conmigo, solo quiero que lo sepa,
que sepa que lo amo y que lo amaré un tiempo más.

Mi amor sin destinatario
está condenado a errar,
a vagabundear conmigo,
cargando a cuestas su infierno,
sus demonios y el dolor
que normalmente viene acompañando
a casi todo remitente del amor.


lunes, 4 de agosto de 2014

Soneto al Estudiante

Cruel y constante estrés al que se enfrenta
el estudiante universitario,
te entiendo y te compadezco, mi hermano,
pues yo también vivo ese estrés, cruel afrenta.

Tareas, ensayos, exposiciones,
no sería tanto el estrés si te ocuparas
de hacer eso, en lugar de esas farras
los viernes y estar anhelando vacaciones.

Somos jóvenes, tenemos energía,
pero el tiempo se nos va como agua
y lo desperdiciamos tanto… día a día,

nosotros no sabemos de consecuencias,
conocemos solo estrés y angustia

cuando al final, lo que no hicimos, nos cae encima.

sábado, 2 de agosto de 2014

Ella

Ella se había quedado completamente sola a pesar de estar rodeada por una muchedumbre sórdida y escandalosa, su alrededor estaba completamente silencioso a pesar de las miles de voces que había en el ambiente, se sentía muy vacía y muy triste a pesar de estar en medio de esa muchedumbre egoísta que a ella le gustaba llamar “amigos por ratos”, nadie se daba cuenta del inmenso dolor que estaba sintiendo en ese momento, se quedó mirando al horizonte fijamente, con una expresión de profunda tristeza, apretando la quijada con fuerza al igual que sus puños, intentando reprimir el llanto, intentando deshacer el nudo que se había formado en su garganta, cerró los ojos un instante y al abrir de nuevo los ojos, se dio cuenta de que su vista estaba nublada por una lágrima traicionera que amenazaba con deslizarse por su mejilla derecha y revelar su dolor. Tragó saliva, se sentó sobre el suelo en flor de loto y agachó la cabeza inhalando pesadamente y exhalando el aire temblorosamente, en un suspiro que precedía al llanto; cerró los ojos con fuerza y una lágrima se deslizó delicadamente sobre su mejilla derecha, como acariciándola.
            En momentos de dolor, solo las lágrimas nos consuelan, salen en esos duros momentos y nos acarician las mejillas para darnos consuelo y calentar nuestras mejillas. Mucha gente odia llorar, pero si no lloramos, ¿quién más nos acariciará cuando necesitemos apoyo en un duelo, en un dolor muy fuerte?

            Al parecer, ella era una de esas miles de personas que se creen tan fuertes como para no llorar, como para no recibir consuelo de aquellas gotas de agua salada que acarician y humedecen nuestras mejillas, como en un beso dulce… se limpió las mejillas y salió de su círculo de “amigos”, caminó horas y horas en línea recta, con la mirada perdida y un nudo enorme en la garganta, de esos que en cuanto hablas, te lastiman la garganta y el llanto comienza ya sin ningún control… Pobre mujer desolada y abandonada, deja que al menos tus propias lágrimas te acaricien, suelta a ese fantasma que te despreció, suéltalo y vive tu duelo de caricias húmedas… suéltalo y vive por fin, suéltalo y vive de nuevo… suéltalo y enamórate de nuevo.

(pequeña narrativa sin pies ni cabeza, solo un pensamiento que necesitaba plasmar para soltar a mi fantasma)

Al lector

Leyente solitario y taciturno, hoy le vengo a hablar frente a frente, pantalla a pantalla para darle la bienvenida a éste rincón oscuro, bucólico e igual de solitario que usted… No espere encontrar nada feliz o moral en éste espacio, lector mío, soy una poeta oscura, resentida social, despechada y mi poesía no es más que una simple extensión de mí.

Receptor de mi literatura corriente, ésta vez usaré palabras que no son mías, pero que son las más acertadas para hacerle saber a usted si debe quedarse a leer mis prosas, mis cartas, mis blasfemias… mi alma

Lector apacible y bucólico,
Sobrio e ingenuo hombre de bien,
Tira este libro saturnal,
Orgiástico y melancólico.

Si no has estudiado retórica
Con Satán, el astuto decano,
¡tíralo!, no entenderías nada,
o me creerías histérico.

Mas si, sin dejarse hechizar,
Tus ojos saben hundirse en los abismos,
Léeme para aprender a amarme;
Alma singular que sufres
Y vas buscando tu paraíso,
¡compadéceme!... si no, ¡te maldigo!”

Charles Baudelaire

Hago mías las palabras del poeta maldito incomprendido, mi más grande inspiración y mi amor platónico, para facilitarle la tarea de decidir si leerme o no… Mi poesía es negra, a veces rosa, a veces roja y a veces es azul.

Alma perdida que vino a parar aquí, sí se identifica con mis letras, haga suyas las palabras, pero con el respeto que se le debe a un artesano de las letras, no me robe usted, lector apacible, cíteme y si lo cree necesario, sugiérame para poder mejorar.

Sin más que decirle por el momento, me despido respetuosamente y me dispongo a escribirle al aire, a mi musa… quizá pronto le vuelva a escribir a usted, hasta entonces, nos volveremos a encontrar pantalla a pantalla.

Con mucho respeto y afecto:

Nahui Ollin Campos González